Impacto ambiental de la agricultura

El impacto ambiental de la agricultura es el efecto que las diferentes prácticas agrícolas tienen sobre el medio ambiente. El impacto ambiental de la agricultura varía de acuerdo a los métodos, técnicas y tecnologías utilizadas, y la escala de la producción agrícola. La agricultura en general impacta sobre el suelo, el agua, el aire, la biodiversidad, las personas, las plantas y su diversidad genética, la calidad de la comida y los hábitats.[1]

La agricultura contribuye al incremento de gases de efecto invernadero por la liberación de CO2 relacionado con la deforestación, la liberación de metano del cultivo de arroz, la fermentación entérica en el ganado y la liberación de óxido nitroso de la aplicación de fertilizantes.[1]​ Todos estos procesos juntos componen el 54% de emisiones de metano, aproximadamente el 80% de emisiones de óxido nitroso, y casi todas la emisiones de dióxido de carbono relacionados con el uso de tierras.[2]​ La agricultura industrial es la principal contribuyente de metano y óxido nitroso a la atmósfera terrestre.[3]​ Además, la agricultura industrial impacta en el ambiente debido al uso intensivo de agroquímicos o plaguicidas, la contaminación del agua y la aparición de zonas muertas, la degradación del suelo, la producción de desechos y la contaminación genética.[4]

El sector agropecuario es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, que junto con los efectos del cambio de uso de las tierras y la quema de combustibles fósiles, están entre las principales causas del calentamiento global.[5]​ Además de ser un importante usuario de tierras y consumidor de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería contribuyen directamente a las emisiones de gases de efecto invernadero por medio de las técnicas empleadas para el cultivo de granos y monocultivos, y la cría de ganado.[6]​ El sistema agroalimentario global actual es responsable de cerca de la mitad (entre 44 % y 57 %) de todas las emisiones de gases con efecto de invernadero producidas por actividades humanas.[7]​ Esta cifra se compone de la contribución de las emisiones agrícolas —las emisiones producidas en los campos de cultivo— de entre el 11 y el 15 %; un 15-18 % producidas por el cambio en el uso del suelo y la deforestación ocasionada por la agricultura; entre un 15 y 20 % de emisiones proveniente del procesamiento y el empacado de los productos agrícolas y entre un 3.5 y 4.5 % proveniente de los desechos.

La agricultura conlleva un gran consumo de agua (aproximadamente 2/3[8]​ del total) y tierra, lo cual desplaza a otras especies en el proceso.[9]​ Los fertilizantes, plaguicidas y el estiércol empleados en la agricultura son una de las principales causas de contaminación del agua dulce. La sobrecarga de fertilizantes procedentes de los cultivos que llegan a los lagos, embalses y estanques a través de las aguas subterráneas o cursos de agua, provoca una explosión de algas que reducen el nivel de oxígeno en el agua y suprimen así a otras plantas y animales acuáticos, generando zonas muertas. Los plaguicidas matan hierbas e insectos y con ellos las especies que sirven de alimento a aves y otros animales. Los insecticidas, herbicidas y fungicidas contaminan el agua dulce y el aire con compuestos químicos que afectan al ser humano y a muchas formas de vida silvestre.[9]

  1. a b «Agricultura y cambio cllimático». 2001. Archivado desde el original el 6 de abril de 2022. Consultado el 12 de marzo de 2020. 
  2. «Intergovernmental panel on climate change special report on emissions scenarios», consultado el 26 de junio 2007.
  3. «UN Report on Climate Change». Archivado desde el original el 14 de noviembre de 2007. Consultado el 25 de junio de 2007. 
  4. [chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://rid.unrn.edu.ar/bitstream/20.500.12049/6725/1/Jobbagy%20%282021%29%20Impronta%20ambiental%20de%20la%20agricultura%20de%20granos%20en%20Argentina%20revisando%20desaf%c3%ados%20propios%20y%20ajenos.pdf «Impronta ambiental de la agricultura de granos en Argentina: revisando desafíos propios y ajenos. Jobbágy, E. G., Aguiar, S, Piñeiro, G y Garibaldi, L. A. (2021).Ciencia Hoy; 29 (173); 55-64.Consultado el 10 de junio de 2024»]. 
  5. «AR4 Climate Change 2007: The Physical Science Basis». «Los aumentos globales en las concentraciones de dióxido de carbono se deben principalmente el uso de combustibles fósiles y a los cambios en el uso de la tierra, mientras que las de metano y óxido nitroso se deben principalmente a la agricultura.» 
  6. Steinfeld, Henning; Gerber, Pierre; Wassenaar, Tom; Castel, Vincent; Rosales, Mauricio; de Haan, Cees (2009) [2006]. «Sinopsis». Livestock’s Long Shadow [La larga sombra del ganado]. Roma: FAO. ISBN 978-92-5-305571-5. 
  7. «Alimentos y cambio climático: el eslabón olvidado». www.grain.org (en inglés). Consultado el 28 de febrero de 2020. 
  8. «Escasez de agua: Uno de los mayores retos de nuestro tiempo». Newsroom. Consultado el 18 de mayo de 2024. 
  9. a b Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). «Perspectivas para el medio ambiente. Agricultura y medio ambiente.». Consultado el 30 de julio de 2017. 

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